Siempre me ha costado bajar de peso… por eso este enfoque puede ayudarte.

Desde la adolescencia, mi cuerpo no respondía igual que el de la mayoría. Por más que me esforzara, bajar de peso siempre era más difícil de lo esperado. Eso me llevó —muy joven— a entrar al mundo de la nutrición, buscando respuestas.

Fui con nutriólogas desde los 13 años. Y sí, al hacer déficit calórico había algunos cambios, pero nunca los resultados que esperaba ni de forma sostenible. Hubo épocas en que dejaba de preocuparme por la comida, buscando libertad, pero luego volvía la incomodidad con mi cuerpo y energía.

Estudié nutrición y, aunque no encontré todas las respuestas que buscaba, sí encontré la estructura necesaria para mantenerme saludable y en forma, claro, con sus altos y bajos.

Fue cuando descubrí la nutrición antiinflamatoria que por fin empecé a ver cambios reales: mis piernas comenzaron a desinflamarse. Aunque es un proceso con sus limitantes, las mejoras son notables.



Esta nutrición nos viene muy bien a las mujeres hoy en día: comer más alimentos que ayudan a reducir inflamación y menos de los que nos inflaman.



Con los años, cada quien adapta la nutrición antiinflamatoria a su estilo. Esta es mi versión: la nutrición antiinflamatoria flexible.

No se trata de eliminar grupos de alimentos ni contar calorías todo el día. Aquí se come de todo, en las cantidades que tu cuerpo necesita.

Algunas semanas comerás menos carbohidratos, otras en cantidad moderada, siempre priorizando alimentos ricos en nutrientes como:



  • Omega-3, magnesio, zinc, antioxidantes, vitaminas y minerales clave

  • Fibra y proteína suficiente

  • Grasas saludables, vegetales coloridos, caldos, semillas, hierbas y especias

  • Alimentos que nutren, no solo llenan — evitando ultraprocesados y productos con ingredientes innecesarios.



¿Por qué flexible?

Porque muchas versiones de nutrición antiinflamatoria son rígidas o muy altas en carbohidratos: eliminan carne roja, limitan huevo o pollo, y dependen casi exclusivamente del pescado.

Ese enfoque funciona para algunas, pero no para muchas otras, sobre todo si queremos cubrir bien nuestras proteínas y mantener energía.

La versión flexible respeta lo antiinflamatorio, pero se adapta a la mujer actual: con poco tiempo, múltiples responsabilidades y el deseo genuino de cuidar su salud sin que eso sea su única prioridad.



Si sientes que la manera en la que comes ya no te está ayudando, te invito a probar este enfoque. He ayudado a más de 1,000 mujeres a reducir inflamación y tallas mediante esta versión flexible de la nutrición antiinflamatoria.



Yo también soy una paciente que no veía esos resultados… y con este enfoque los cambios que llegaron se han podido mantener.

No es algo raro ni complicado, simplemente es comer más saludable y darle a tu cuerpo lo que necesita. Los cambios llegan cuando cuidas tu cuerpo de verdad.

Si te interesa conocer más sobre este enfoque de nutrición, puedes agendar una consulta virtual conmigo.

Puedes consultar horarios disponibles haciendo clic aquí.

Este servicio no sustituye atención médica profesional. Cada cuerpo es diferente, y los resultados pueden variar.

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